jueves, 6 de noviembre de 2014

EL RENACIMIENTO

EL RENACIMIENTO
Se denomina Renacimiento al fenómeno cultural o movimiento de revitalización cultural que surge en Europa Occidental durante el siglo XIV, que se desarrolla en los siglos XV y XVI y que se muestra como característica esencial su admiración por la antigüedad grecorromana. Este entusiasmo, que considera las culturas clásicas como la realización suprema de un ideal de perfección, explica el calificativo de Renacimiento, pues en verdad se trataba de un renacer, de un volver a dar vida a los ideales que habían inspirado aquellos pueblos
En principio, se aspiró a una renovación en todos los aspectos de la cultura humana, filosofía, ética, moral, ciencia, etcétera encaminada a la hechura de un hombre que fuera compendio y resumen de todas las perfecciones físicas e intelectuales. Pero lo más característico de esta época es la separación entre lo cívico y lo religioso.
También se puede afirmar que el Renacimiento es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno. El término Renacimiento, entonces, simboliza la re activación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de la mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por un cierto antropocentrismo.
Dentro de las artes digase asi, la arquitectura, el escultura y la pintura, tenemos grandes expositores como lo son:

LEONARDO DA VINCI
Artista, pensador e investigador italiano que, por su insaciable curiosidad y su genio polifacético, representa el modelo más acabado del hombre del Renacimiento (Vinci, Toscana, 1452 - Amboise, Turena, 1519). Leonardo da Vinci era hijo ilegítimo de un abogado florentino, quien no le permitió conocer a su madre, una modesta campesina.
Leonardo se formó como artista en Florencia, en el taller de Andrea Verrochio; pero gran parte de su carrera se desarrolló en otras ciudades italianas como Milán (en donde permaneció entre 1489 y 1499 bajo el mecenazgo del duque Ludovico Sforza, el Moro) o Roma (en donde trabajó para Julio de Médicis). Aunque practicó las tres artes plásticas, no se ha conservado ninguna escultura suya y parece que ninguno de los edificios que diseñó llegó a construirse, por lo que de su obra como escultor y arquitecto sólo quedan indicios en sus notas y bocetos personales.



Es, por tanto, la obra pictórica de Leonardo da Vinci la que le ha hecho destacar como un personaje cumbre en la historia del arte, debido a una veintena de cuadros conservados, entre los cuales destacan La Gioconda oMona Lisa, La Anunciación, La Virgen de las Rocas, La Santa Cena, La Virgen y Santa Ana, La Adoración de los Magos, el Retrato de Ginebra Benzi. Son composiciones muy estudiadas, basadas en la perfección del dibujo y con un cierto halo de misterio, en las que la gradación del color contribuye a completar el efecto de la perspectiva; en ellas introdujo la técnica del sfumato,que consistía en prescindir de los contornos nítidos de la pintura del «Quattrocento» y difuminar los perfiles envolviendo las figuras en una especie de neblina característica. El propio Leonardo teorizó su concepción del arte pictórico como «imitación de la naturaleza» en un Tratado de pintura que sólo sería publicado en el siglo XVII.
Interesado por todas las ramas del saber y por todos los aspectos de la vida, los apuntes que dejó Leonardo (escritos de derecha a izquierda y salpicados de dibujos) contienen también incursiones en otros terrenos artísticos, como la música (en la que destacó tocando la lira) o la literatura. Según su criterio no debía existir separación entre el arte y la ciencia, como no la hubo en sus investigaciones, dirigidas de forma preferente hacia temas como la anatomía humana (avanzando en el conocimiento de los músculos, el ojo o la circulación de la sangre), la zoología (con especial atención a los mecanismos de vuelo de aves e insectos), la geología (con certeras observaciones sobre el origen de los fósiles), la astronomía (terreno en el que se anticipó a Galileo al defender que la Tierra era sólo un planeta del Sistema Solar), la física o la ingeniería.

LA GIOCONDA


Analisis de la obra: Gioconda o Mona Lisa
Fecha de ejecución: aprox. 1503-06. 
Época: renacimiento italiano. 
Técnica y soporte: óleo sobre tabla. 
Dimensiones: 77 x 53 cm. 
Lugar de ubicación: Museé du Louvre en París. 
Género: retrato. 

La mujer retratada es Madonna Lisa, la esposa de Francesco del Giocondo, de donde también toma su sobrenombre. Aunque algunos críticos han afirmado que podría ser un auto-retrato del autor con apariencia de mujer.  El paisaje de fondo es agreste, salvaje y de un matizado tono azul. 

En esta obra se ven reflejadas todas las características de pintura de Leonardo: el empleo del sfumato (la técnica de difuminar suavemente los rasgos hasta hacer indefinibles los contornos). 

ANÁLISIS FORMAL 

La técnica utilizada es óleo sobre una tabla de 77 x 53 cm. 

La composición está formada por dos planos, la Gioconda (podríamos decir que forma una composición triangular) y el paisaje. 

La Gioconda es el comienzo del paisaje y el cielo, que asciende hacia el horizonte, es el final, ya que todos los elementos del paisaje se confunden entre sí, porque las líneas de contorno están muy poco marcadas, utiliza la técnica de sfumato, difumina los rasgos hasta hacerlos indefinibles. 

Utiliza colores ocre para las sombras oscuras, albayalde y amarillo sulfuroso para los colores carne. Para el paisaje utiliza el negro, tonalidades de marrón y gamas de azules, difuminando el color para marcar la lejanía y proximidad del paisaje, que se percibe pero no se determina. 

Hace un uso sombrío de la luz tanto en el retrato como en el paisaje. Progresa desde el fondo, se concreta en la transparencia de los velos, en los pliegues del vestido, entre los cabellos, y resbala sobre el rostro y las manos haciendo sentir bajo la piel diáfana, el pulso de la sangre. 



LA ULTIMA CENA
LA ULTIMA CENA 1

Fecha: 1495-1498.
Técnica empleada: Temple y óleo sobre yeso.
Tema: Religioso.
Localización: Refrectorio de Santa María delle Grazie (Milán).
Estilo: Renacentista (Cinquecento)

Es una obra fantástica por su concepción y por su resolución, lástima que el tipo de pintura que experimentó Leonardo resultara fallida. Además, es extraño que se metiera a experimentar una pintura en la obra definitiva sin haberlo probado antes.

Cromáticamente hablando es una obra que mantiene los cánones religiosos en cuanto a los colores empleados con los rojos, azules y verdes, amarillos dorados, púrpura y algunos ocres.

Es una obra construida sobre la simetría y la perspectiva como efectos básicos de la composición, estando Jesús en el centro del cuadro en sentido horizontal y a su vez está justo en el punto de fuga de la perspectiva central.

La composición básica es “radial” lo que viene a significar expansión, gloria, esplendor y devoción. Guía la mirada hacia el centro, con lo que sugiere concentración, unidad y poder. Los personajes están agrupados en “rectángulos” cuyo significado es unidad y estabilidad. En el centro está Jesús inscrito en un “Triángulo isósceles” armonizando con los anteriores significados como grandiosidad, seguridad, equilibrio, majestuosidad.
Así vemos que los elementos compositivos han sido perfectamente elegidos para transmitir a nivel subliminal las sensaciones correspondientes al auténtico significado del cuadro.


SAN JUAN BAUTISTA



La imagen del feroz, austero y duro morador del desierto se convirtió en la de un ser regordete con un aspecto andrógino que aparece desnudo surgiendo de un negro fondo, en una visión en tres cuartos, en la que se percibe la mitad superior de su cuerpo. Su mano izquierda, toca su pecho, mientras que la derecha cruzando el lienzo de izquierda a derecha, se levanta para señalar con el dedo índice hacia arriba, probablemente para indicar la llegada de Cristo “el que viene tras de mí es más poderoso que yo”. Es la interpretación que de Juan hizo el maestro, por tanto, como todas sus obras fue producto de un trabajo intenso, a lo largo de varios años, ya que se conservan dibujos y estudios de diferentes personajes, levantando la mano y el dedo señalando hacia lo alto, como hace el Bautista.

Aparte del torso desnudo en el cuadro, la luz se centra en su rostro, que vuelve a ser otro magnífico trabajo de sfumato y en el que de nuevo vemos como es la técnica la que hace que la sonrisa del personaje resulte de absoluta ambigüedad, que no quede delimitado donde acaba el pelo y empieza el fondo, o la fusión de la piel de oveja que lleva en su cintura con la sombra del cuerpo y el negro del fondo, etc.
Como en todas sus obras la composición es equilibrada, triangular, serena, clásica, en suma. Es destacable además la utilización de la luz, que esta vez es claramente ajena al espacio en el que se mueve el personaje




DONATELLO























Donato di Betto Bardi; Florencia, 1386-id., 1466) Escultor italiano. Junto con Alberti, Brunelleschi y Masaccio, fue uno de los creadores del estilo renacentista y uno de los artistas más grandes del Renacimiento. Su formación junto a Ghiberti le dejó un importante legado técnico pero casi ningún vestigio estilístico, ya que desde sus comienzos desarrolló un estilo propio basado en la fuerza emocional, y en un singular sentido del movimiento.
David (bronce 1440)




María Magdalena (madera policromada,1455)

Su revolucionaria concepción de la escultura resulta evidente ya en las grandes estatuas para nichos destinadas a Orsanmichele y la catedral de Florencia. La gravedad y el realismo de estas monumentales figuras de mármol contrastan vivamente con la gracia y el decorativismo del gótico internacional, el estilo vigente en Europa hasta entonces. Donatello comenzó esta serie en 1411 con el San Marcos y la concluyó en 1436 con el llamado Zuccone. A esta serie pertenece también el San Jorge, su primera obra famosa, de la que Vasari afirmó: «Posee el maravilloso don de moverse dentro de la piedra».
Tras asociarse con su aprendiz Michelozzo, Donatello emprendió a partir de 1427 la realización en Pisa de la tumba del cardenal Brancacci, en la que esculpió en relieve el tema de la Asunción de la Virgen. Poco después, la tumba de Baldasare Coscia para el baptisterio de Florencia permitió al artista dar sus primeros pasos en el difícil arte de la fundición en bronce.
El viaje a Roma que realizó el escultor hacia 1430-1432 condicionó de manera decisiva toda su producción posterior, ya que le brindó la oportunidad de conocer en directo el arte de la Antigüedad. A su regreso a Florencia comenzó la famosa Cantoría para la catedral, en la que recreó libremente algunos de los motivos clásicos admirados en Roma. Poco posterior es su escultura exenta más famosa, el David en bronce, comparable en ciertos aspectos al San Jorge de su etapa anterior.



En 1443, el artista se estableció en Padua, seguramente después de haber recibido el encargo de esculpir la estatua ecuestre del Gattamelata, la primera de tamaño natural desde la Antigüedad. Realizada al estilo del Marco Aurelio romano, posee la fuerza expresiva característica de sus estatuas anteriores, una fuerza que se transmite también al caballo, representado con brío y vitalidad.
En la misma ciudad obró el retablo mayor del santuario de San Antonio, en el cual combinó siete estatuas y cuatro relieves, en una disposición que fue modificada en el siglo XVI. En estos relieves, que representan los milagros de San Antonio, son por igual magistrales el sentido dramático y la organización del espacio. Donatello volvió en 1454 a Florencia, donde esculpió sus obras de mayor fuerza emocional en las que trabajó las posibilidades expresivas de la deformación. A este período corresponden Judit y Holofernes y la sublime María Magdalena, en madera. Aunque no tuvo un heredero directo, Donatello influyó de forma decisiva en la escultura florentina hasta comienzos del siglo XVI.





MIGUEL ANGEL

(Miguel Ángel Buonarrotti, en italiano Michelangelo; Caprese, actual Italia, 1475 - Roma, 1564) Escultor, pintor y arquitecto italiano. Habitualmente se reconoce a Miguel Ángel como la gran figura del Renacimiento italiano, un hombre cuya excepcional personalidad artística dominó el panorama creativo del siglo XVI y cuya figura está en la base de la concepción del artista como un ser excepcional, que rebasa ampliamente las convenciones ordinarias.
Durante los cerca de setenta años que duró su carrera, Miguel Ángel cultivó por igual la pintura, la escultura y la arquitectura, con resultados extraordinarios en cada una de estas facetas artísticas. Sus coetáneos veían en las realizaciones de Miguel Ángel una cualidad, denominadaterribilità, a la que puede atribuirse la grandeza de su genio; dicho término se refiere a aspectos como el vigor físico, la intensidad emocional y el entusiasmo creativo, verdaderas constantes en las obras de este creador que les confieren su grandeza y su personalidad inimitables.



EL DAVID




TIPO DE OBRA: escultura.
TÍTULO: David.LOCALIZACIÓN: Galería de la Academia. Florencia (Italia). Hasta 1947 la escultura estuvo situada en la Plaza de la Señoría de la misma ciudad, donde ahora puede contemplarse una copia.
AUTOR: Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564).
FECHA: 1501-1504
ESTILO: Renacimiento italiano. Cinquecento. Escultura.

Análisis técnico: FORMA: Escultura en bulto redondo. 4,34 metros de altura.Obra realizada sobre mármol, mediante cincel. Para su realización Miguel Ángel recibió un bloque de mármol, estrecho y muy alto, que llevaba abandonado muchos años en la catedral de Florencia.DESCRIPCIÓN GENERAL: El David de Miguel Ángel representa a gran tamaño a este rey bíblico, al estilo clásico: completamente desnudo y como atleta, que porta en su mano izquierda una honda (apoyada sobre su hombro) y, en la derecha, una piedra. Son claramente apreciables los rasgos del rostro, el cabello rizado, la musculatura, la diartrosis y el contraposto de la figura.

 Análisis simbólico:

Miguel Ángel representa al rey David como atleta, pero no como joven atleta, sino como un hombre en la plenitud de su vida. El artista eligió, como motivo para la obra, el momento previo al enfrentamiento de David con el gigante Goliat (cuya cabeza no aparece derrotada a sus pies, como era usual en otras representaciones). Por ello, el aspecto contenido y expectante que nos muestra la figura, con los rasgos típicos de un luchador que se apresta al combate. Esa expectación se traduce en la mirada, enormemente penetrante, y se expresa también mediante la tensión corporal: la musculatura (e incluso los tendones y las venas) son claramente perceptibles. En definitiva, podemos hablar de un movimiento claramente contenido, que se convierte en pura tensión corporal.Además, para que la tensión no pueda confundirse con un absoluto equilibrio, Miguel Ángel emplea el contrapposto y aumenta los volúmenes de ciertas partes del cuerpo, que vienen a simbolizar la fortaleza (no sólo ni mayormente física) del rey David. Tales rasgos son claramente perceptibles en el tamaño de la cabeza (cuyo canon corresponde a 1/8 del total del cuerpo) y en la potencia y tamaño de la mano derecha, que sujeta la piedra, arma que el rey empleará para derrotar a Goliat. Todo ello conduce al concepto de terribilitá que caracteriza otras obras del autor.Todos estos rasgos convierten a la figura escultórica del rey David en un símbolo de la libertad, y representan a la perfección los ideales renacentistas de belleza masculina. 

 Análisis sociológico:El David fue encargado a Miguel Ángel, originariamente, por los canónigos de la catedral de Florencia (lugar donde se encontraba el bloque de mármol en el que se talló la obra). pero, una vez concluida ésta, y a la vista del resultado, el gremio de mercaderes de lana de la ciudad decidió adquirirla para situarla frente al Palacio de la Señoría, sede del gobierno de la ciudad, en la plaza del mismo nombre, de manera que sirviese como una clara representación de la libertad de la república florentina. En este sentido, la escultura es fiel reflejo de la mentalidad existente en Florencia, ciudad en la que los planteamientos de la burguesía dedicada al comercio y la banca se encontraban ampliamente extendidos.



LA PIEDAD


Nos encontramos con un tema de origen gótico, la Piedad, que refleja el momento en el que la Virgen recoge en su regazo el cuerpo de su hijo muerto, tras el descendimiento de la Cruz. 

Sin embargo, su tratamiento es contrario al espíritu gótico, eliminando todo tipo de expresión del dolor de la madre  (como en el XV aún hacía Van der Weyden) para crear una imagen de suave melancolía, que quizás enlazara con algunas ideas recogidas tradicionalmente por los Evangelios apócrifos en los que la Virgen  recuerda la primera vez que tuvo a su hijo recién nacido entre los brazos, conociendo entonces a través de una revelación su futura Pasión). Esto explicaría su actitud pensativa, melancólica, inmersa en sí misma y sus recuerdos.

El material utilizado es mármol de Carrara trabajado a través de la talla y un posterior pulimentado de ciertas zonas que deja resbalar la luz.
Las figuras responden a un canon clásico, de posiciones estáticas y muy controlada expresividad. Destaca especialmente dos rasgos.

Se trata de un conjunto escultórico pensado para su contemplación frontal, pues se iba a destinar a una capilla del Vaticano (tal y como se encuentra en la actualidad)
Su composición es claramente clásica, inscrita en un triángulo equilátero que le da estabilidad, con suaves movimientos (paños, cuerpo o mano de Cristo) hacia la derecha que es contrapesado por el suave contraposto de la cabeza de la Virgen y un gran paño que cierra la escultura por la izquierda. Todo ello permite un equilibrio y tranquilidad.
El modelado del material difiere según sus zonas, dando un mayor volumen a los paños bajos (para dar así una mayor estabilidad visual) y siendo mucho más suave en los cuerpos y paños superiores, que han sido muy pulidos para hacer resbalar la luz por la superficie y suavizar las formas.
 Por una parte el perfecto conocimiento de la anatomía de la que hace gala en el cuerpo de Cristo, fruto de numerosos estudios anatómicos, alguno incluso prohibido (como las autopsias realizadas de forma clandestina en el Hospital de los Inocentes de Florencia). 
Por otro lado, la figura de la Virgen (si la pusiéramos en pie) resultaría de un tamaño enorme. La razón de esto no es otra cosa que una pura corrección óptica que le permite al escultor dar un mayor apoyo al Cristo (y así estabilidad y armonía) del que siempre se había carecido en el gótico. En cuanto a los paños y sus texturas ya se comentó algo de ellos en el modelado, pero es interesante fijarse en su variedad, desde las más toscas telas inferiores a la suavidad de la camisa, que nos revela un gran interés por las texturas.

LA CREACION DE ADAN


La creación de Adán ha marcado la mirada del hombre desde el momento en que se pintó hasta nuestros días. Esta imagen ha sido determinante en la formación del arte tal y como hoy lo entendemos, y es considerada la alegoría más sugerente y poética del origen del ser humano como ser que participa en la divinidad, sea cual sea ésta. La Creación de Adán sigue el mismo método de representación que la Creación de Eva, fingiendo dos planos de realidad, uno de los cuales es la misma realidad del espectador. Dios, tras haber creado luz y agua, fuego y tierra, a todos los animales y seres vivos, decide crear un ser a su imagen y semejanza, crearse de nuevo a sí mismo. Dios llega a la tierra en una nube, rodeado de ángeles y envuelto en turbulencias que crea su mismo poder irresistible. En tierra, la figura de Adán ya está modelada, esperando ser insuflada de vida. Adán está totalmente pegado a la tierra, como surgiendo de ella: su mano se levanta débilmente, sin fuerza propia, sin objetivo. Y en ese punto el dedo de Dios concentra toda la fuerza terrible de la creación para transmitirla a su criatura y convertirla en lo que es. El detalle aislado de las dos manos resume en sí mismo el misterio de la creación, de la vida humana. Es una interpretación conmovedora de Miguel Ángel, que ha hecho de esta imagen un auténtico patrimonio de la Humanidad.

 El fresco se divide en dos partes ,a la izquierda se encuentra Adán representado como un atleta enreposo, con gran belleza, desnudo e inmóvil, totalmente pegado a la tierra como surgiendo de ella, parece no tener fuerzas y sólo pueda apenas estirar un poco el brazo, sin fuerza propiapara tocar el del creador, que concentra en su dedo toda la fuerza de la creación para transmitirla a Adán y darle vida al ser que acaba de crear. Detrás de Adán parece haber un pequeño campo y unamontaña azul. 


Dios se encuentra en el lado derecho de la obra, es un hombre anciano, con cabello plateado, vistiendo una túnica color lavanda, casi transparente, aparece acompañado poralgunos ángeles y querubines cubiertos por un manto que simula una concha y frente a la inmovilidad de la figura de Adán destaca la movilidad de la figura de Dios, cuyo pelo y vestimenta se agitanpor dicho movimiento. En esta obra Miguel Ángel enfrenta por un lado lo divino y lo humano. 



RAFAEL SANZIO

Rafael ha sido considerado históricamente, junto con Leonardo y Miguel Ángel, como uno de los pilares del Cinquecento italiano, además de uno de los grandes genios de la pintura de todos los tiempos. Deudor en sus inicios de influencias quattrocentistas, se erigirá en representante perfecto del arte clasicista antes de que éste entre en su etapa de "decadencia" (y Rafael con él en sus últimos años, arrastrado por el potente manierismo miguelangelesco).

Hay que señalar también que en su haber contará con una carrera como arquitecto, no excesivamente conocida ni determinante para la historia del arte.
A pesar de la excepcional prolificidad artística de Rafael Sanzio (circunstancia que ha hecho que una buena parte de críticos no se pongan de acuerdo con respecto a la autoría de determinadas obras, consideradas pertenecientes a su taller), son destacables de entre su producción los maravillosos frescos de las estancias vaticanas, donde crea historias con vida propia en las que se fusionan su habilidad como dibujante, su pericia como colorista, su conocimiento de las reglas perspectivas y el uso de las peculiares arquitecturas bramantescas, su aprecio por un naturalismo que no descarta la exacerbación, junto con un equilibrio y armonía completamente renacentistas


ESCUELA DE ATENAS

Análisis sobre el mural "La escuela de Atenas"

Autor Rafael de Urbino (también conocido como Rafael Sanzio) Cronología: 1483-1520 (Rafael); escuela de Atenas 1508 Dimensiones 5m X 7,7m Material y Soporte: Pintura al fresco sobre un muro Localización: Estancia de la signatura del Vaticano 

Descripción: Son alrededor de 50 figuras aproximadamente, que se encuentran en la escuela de Atenas (como su titulo lo dice), esta tiene una arquitectura renacentista ya que los arcos representados en las figuras son típicos de la época. Las figuras mas importantes de la pintura representan a Platón y Aristóteles. Interpretación: Representa la revalorización de la cultura clásica (generada por el humanismo) a través de una escena en la que narra una sesión entre filósofos, científicos y matemáticas más importantes de la época. 
 Análisis Plástico: Este cuadro consta con imágenes figurativas ya que se reconocen cosas de la realidad. En cuanto a su estructura los ejes son oblicuos, tiene una simetría aproximada, y una estructura estática. El espacio es bidimensional pero sugiere tridimension. Su perspectiva es cónica y a través de la superposición. Sus formas no son geométricas, son orgánicas ya que se asocian con lo vivo y son formas cerradas ya que tienen bien definido su contorno. Las texturas sin visuales ya que solo pueden verse. En cuanto a sus colores es una obra policromática tiene colores locales. Predomina la actitud racional 


No hay comentarios:

Publicar un comentario